Diálogo de Voces y El Juicio

EL JUICIO Y QUE HACER CON ELLO

 

Este articulo trata sobre el Juicio y sus efectos sobre las relaciones. Existen pocas cosas mas importantes y más dolorosas que el Juicio sin control en una relación. Sin duda el juicio continuado daña la relación, a veces de forma irreparable.

Si observamos el esquema familiar, habitualmente encontramos que uno o más miembros de la familia emiten el juicio mientras que otros son los receptores. Estos enjuiciamientos pueden ser o no expresos. En cualquier caso, cuando se permite un juicio permanente e incuestionado se produce un daño y la relación sufre y por consecuencia se deteriora.

Mucha gente no es consciente de que juzga. Llevan tanto tiempo haciéndolo que se identifican totalmente con sus juicios y los consideran naturales y necesarios, parte de sus personalidades. Estas personas no separan sus enjuiciamientos de sí mismos. En los principios de la psicología se hacia referencia a esta identificación con el pensamiento o el sentimiento de ser “ego-sintónico”.

Algunas personas crecen en un entorno familiar donde son juzgados constantemente. Al llegar a la edad adulta, se han acostumbrado a ello de tal forma que ni siquiera lo perciben. No se dan cuenta de que están siendo continuamente mortificados por el enjuiciamiento de los demás o el suyo propio (a través de su Critico Interior).

LAS LEYES DE LA PSIQUE
En consideración con el significado del enjuiciamiento en las relaciones, existen 4 leyes psicológicas fundamentales que comentaremos en este artículo:

1.- Quien quiera que juzguemos o aquello que juzguemos es una expresión de uno o de varios de nuestros “Yoes Rechazados”.
2.- Detrás de cada enjuiciamiento existe además una vulnerabilidad inconsciente o que no somos capaces de expresar.
3.- Tanto en cuanto no asumamos esos Yoes que denegamos, retornarán una y otra vez en forma de relaciones personales. Las relaciones son el escenario donde la inteligencia del Universo nos fuerza a abrazar todos nuestro Yoes.
4.- Como resumen de los 3 principios anteriores, podemos decir que las personas, las cosas, los objetos o las ideas que enjuiciamos o que mas odiamos, son susceptibles de convertirse en nuestros maestros mas relevantes unas vez conozcamos como trabajar con nuestros enjuiciamientos.

DEFINICIONES
Antes de continuar con los comentarios sobre el enjuiciamiento, queremos introducir unas definiciones básicas para los lectores que desconocen nuestro trabajo sobre la Psicología de los Yoes. Para aquellos familiarizados con nuestro trabajo servirá para clarificar algunos puntos o responder algunas dudas.

Yoes Primarios
Las personas somos criaturas condicionadas por nuestro proceso de crecimiento y desarrollamos nuestra personalidad en función de este. O bien nos identificamos con los conceptos, las respuestas emocionales y los patrones psicológicos que nos son dados o bien nos revelamos contra ello.
Todos nosotros nos sentimos identificados con nuestros “Yoes” primarios, hasta que comenzamos el proceso de separación de estos. No hay forma de escapar de esta realidad para nadie. En términos Jungianos los “Yoes” primarios determinan la naturaleza de la persona.

Yoes Rechazados
Al crecer en una familia nos identificamos con ciertos Yoes. Esto significa que rechazamos automáticamente los Yoes opuestos. Por lo tanto, si una mujer crece identificándose con una forma de ser maternal, su yo reprimido será la energía opuesta, una yo mas egoísta y hedonista. Los Yoes rechazados representan el contenido psicológico y emocional reprimidos, son correspondientes y opuestos a nuestros Yoes primarios.
En términos jungianos la sombra sería el equivalente de los Yoes rechazados, entendiéndose que este término hace referencia a un contenido rechazado tanto de luz como de oscuridad.

Proyecciones
Las realidades inconscientes que existen dentro de nosotros saltan hacia fuera, aterrizando sobre personas, objetos e ideas.

Entras en una tienda de cuarzos. Ves una pieza magnifica y sientes que tienes que poseerla, que te pertenece, no importa lo que valga. Experimentas todo tipo de sentimientos al contemplarlo. Estas proyectando un aspecto de tu propia naturaleza espiritual en el cuarzo. Puede que sea maravilloso, pero la magia que le atribuyes no es sino la magia de tu propia naturaleza espiritual-creativa frustrada.

Un hombre de negocios se compra un Jeep de la segunda guerra mundial y se gasta una fortuna en arreglarlo. Se conduce fatal, se rompe cada 2 por 3 por lo que tiene una relación de amor-odio hacia el Jeep. ¿Qué le ha llevado a comprar este Jeep y a gastarse una fortuna intentando arreglarlo? Este hombre ha proyectado en el Jeep su Yo aventurero rechazado y su Yo niño juguetón. Sus Yoes primarios son el hiperactivo y sus aliados. El Jeep no es tal. Supone el escenario para contactar con su parte aventurera y su parte lúdica que ha mantenido enterradas durante muchos años y que intenta encontrar comprando ese Jeep. El problema es que el Jeep de la segunda guerra mundial no es un jardín de juegos y lo que él desea continua viviendo en forma de proyección, fuera de si mismo.

Un hombre se enamora de una mujer espiritual, que es discípula de un conocido gurú. Él la juzga continuamente por su espiritualidad. Ella finalmente le deja y el se frustra. Ella lo abrasa. Al cabo de unos meses comienza una nueva relación con una mujer que también es miembro de la misma comunidad espiritual. El hombre está proyectando su yo espiritual rechazado en las mujeres y las encuentra irresistibles hasta que empieza a juzgarlas. Continuará haciéndolo hasta que sea capaz de integrar su propia naturaleza espiritual. Mientras tanto los enjuiciamientos se seguirán dando junto con las atracciones intensas. Estas proyecciones son un elemento clave para mantener a los psicoterapeutas ocupados. Los terapeutas reciben proyecciones emocionales, intelectuales y espirituales de sus clientes que desean poseer estas cualidades que reprimen.

Proyectar es semejante a un puente tendido entre nosotros hacia la otra persona o objeto. Somos capaces de cruzar el puente y cuando llegamos al otro extremo no sólo encontramos a la otra persona sino que descubrimos, en la mayoría de los casos, por primera vez, nuestros propios Yoes rechazados.

Enjuiciamiento
El enjuiciamiento es una reacción hacia alguien o algo que tiene un alcance negativo. Cuando juzgamos sentimos que hay algo equivocado en la persona o en la cosa. Los juicios están conectados con el sistema nervioso autónomo. Si eres capaz de sintonizar con tu cuerpo podrás sentir el alto nivel emocional que subyace cuando juzgas. El enjuiciamiento es siempre una función de los Yoes primarios reaccionando contra la amenaza de los Yoes rechazados.

Discernimiento
Es una evaluación objetiva sobre alguien o algo que no se basa en un Yo rechazado. No hay una valoración negativa de la evaluación o reacción. Los enjuiciamientos se pueden transformar en discernimientos por los procedimientos descritos en este artículo.

El Ego
El ego es un término surgido entre los siglos XIX y XX primordialmente a través de la teoría del psicoanálisis. Originariamente se describe como la función ejecutiva de la psique. La parte de nosotros que dirige el timón. Para nosotros el ego es simplemente el grupo de Yoes primarios que gobierna la personalidad.
Cuando los investigadores espirituales hablan del “desprendimiento del ego” hacen una consideración negativa del mismo porque consideran que interfiere con un desarrollo espiritual genuino. De hecho los Yoes primarios son muy relevantes con respecto a nuestra capacidad de usar el poder en este mundo. Nos ayudan a llevar adelante el día a día y lo hacen lo mejor que pueden.
El truco consiste en no identificarse con ellos. Cuando intentas desprenderte de tu ego estas en peligro de convertirte en una victima y de perder tu capacidad de ser efectivo en este mundo.

El Ego Consciente
Cuando conseguimos tomar perspectiva de una forma de pensar o de actuar, dejamos de identificarnos con un Yo primario. Es entonces cuando el Ego Consciente está en relación con el Yo primario. El ego consciente es un proceso que se desarrolla cuando nos desenganchamos de nuestros Yoes Primarios y somos conscientes y hacemos la esperiencia de nuestros Yoes Rechazados. El proceso del ego consciente es mudable y puede ser neutralizado por un ego primario que retoma el control por algún motivo.

El proceso del Ego Consciente comienza a dar sus frutos de forma ascendente como una agencia de coordinación que regula los diferentes Yoes. Es en especial lo que nos capacita para abrazar los opuestos y trabajar con ellos en nuestras relaciones. El Ego Consciente no es la “visión lucida”. Más bien media entre la consciencia y los numerosos Yoes. La visión lucida es un testigo de la acción pero no vive la vida. El ego consciente mantiene un pie en el mundo de la visión lucida y otro pie en el mundo de los Yoes de manera que podamos realizar elecciones apropiadas para vivir en este mundo.

El Ego Consciente no es el Yo según la terminología jungiana. Este se refiere a aquellos elementos de la psique que están más allá de la personalidad. El Ego Consciente engloba de una parte el nivel personal y de otra el Yo. El Ego Consciente no se puede aprehender porque no es un objeto ni tampoco un Yo. Es un mecanismo coordinado que surge en los primeros estadios del proceso de transformación y que tiene la finalidad de rendirse y de mediar entre todos los Yoes.

El Ego Operativo
Cuando aprendemos a separarnos de los Yoes primarios desarrollamos la habilidad de usarlos sin rendirnos a su control. Comenzamos a llevar las riendas de la situación en vez de dejarnos llevar por ellos. Mientras desarrollamos esta capacidad siguen existiendo elementos del sistema de Yoes primarios que dirigen nuestra vida sin que nos demos cuenta. Denominamos a estos elementos el Ego Operativo. Por lo tanto el Ego Operativo es el conjunto de Yoes primarios que continúan operando en nosotros mientras desarrollamos el ego consciente y ambos crecen de forma inversa.

Limites Psicológicos
Consiste en la habilidad de decir sí o no apropiadamente. Hazte estas preguntas básicas: (1) ¿Qué estás haciendo que no quieres hacer? Y (2) ¿Qué no haces que deseas hacer?

Si eres un tipo de persona responsable entregada a los demás sufrirás por la falta de límites ya que tú no estás siendo quién decide como actuar. Es en cambio el “ Yo que da” el que elige por ti. Cuando perdemos nuestras barreras surge un Yo juez que enjuicia a la persona que percibimos invasora de nuestros límites. Una falta de barreras nos hace más abiertos, nos deja indefensos, y además alimenta el Yo juez de las demás personas. La definición de las barreras y la toma de decisiones real eliminan nuestra necesidad de juzgar. (Hal y Sidra Stones)

Salvador Vivas – Terapeuta en Diálogo de Voces

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