CÁNCER DE MAMA DUCTAL VÍA LÁCTEA
El tipo más común de cáncer de mama infiltrante es el carcinoma ductal infiltrante, que empieza en el revestimiento de los conductos galactóforos (tubos delgados que conducen la leche desde los lobulillos de la mama hasta el pezón).
El cáncer de mama infiltrante, según la medicina alópatica, puede ser diseminado a otras partes del cuerpo a través de los sitemas linfático y sanguíneo.
Desde el punto de vista de la descodificación el cáncer de los conductos galactóforos, en forma muy específica, tiene que ver con el resentir “me han arrancado el niño, la madre o el compañero del seno” o ” me siento separada”, “me siento incomunicada”. Se trata de un conflicto de separación.
Siguiendo en estos casos la regla de lateralidad, la mujer diestra responderá con el seno izquierdo ante un conflicto del tipo madre-hija o hija-madre pero responderá con el seno derecho ante un conflicto de este tipo con su pareja. Para las mujeres zurdas, opera en sentido inverso.
Desde el pensamiento simbólico y mitológico, el cáncer ductal tiene relación con los personajes y el pasaje mitológico de Hera y Heracles.
Heracles era hijo de Zeus y la mortal Alcmena. La esposa de Zeus, Hera, que estaba celosa intentó matar a Heracles, enviando dos serpientes a su cuna pero no lo consiguió pues éste las mató con sus poderosas manos.
Por su parte Zeus, ordenó a Hermes que colocase al niño en el pecho de Hera para ser amamantado mientras ésta dormía y de este modo adquirir para Heracles la inmortalidad al ser alimentado por una diosa.
El ímpetu del niño despertó a la diosa que ofendida, lo apartó bruscamente (conflicto de unión separación). La leche derramada al ser de carácter divino no podía quedar perdida en el firmamento, por lo que con ella fue creada la Vía Láctea (conductos galactóforos) un camino de estrellas que conducía al Olimpo.
Para los egipcios la bóveda celeste representaba la madre celestial pues entendían que su procedencia era las estrellas. La Vía Láctea (conductos galactóforos) ha sido guía de viajeros y navegantes desde la antigüedad (comunicación madre-hij@s).
En España, la Vía Láctea también recibe el nombre popular de Camino de Santiago. El fin del mundo conocido hasta hace poco más de 500 años era Finisterre y estaba indicado por este camino de estrellas (La Vía Láctea). De modo simbólico representaba el fin del mundo, el paraíso por donde se accedía al cielo, al Olimpo de los Dioses.
Recordamos el carácter orientativo de esta información.
Amaia Arteaga San Román
Experta en Lectura del Lenguaje Simbólico