Instituto Atman

Este mes hemos leído un reportaje muy interesante en la revista “Mente Sana” que habla de como serenar tu mente con Mindfulness.

“Todos, en mayor o menor medida, nos pasamos gran parte del tiempo dándole vueltas a las cosas. Es lo que conocemos con el nombre de cavilación, rumiación o “mente del mono”, que, lejos de solucionar los problemas que podamos tener, si algo hace es contribuir a que caigamos en la ansiedad y depresión. De hecho, hay estudios que aseguran que uno de los factores que mantiene las patologías depresivas es la rumiación. Por lo tanto, si conseguimos disminuir esta actividad mental, es mucho más fácil salir de un estado depresivo. 

Si bien es cierto, la mente caviladora tiene un sentido evolutivo, ya que lo que pretende es la supervivencia. Se trata de la forma de funcionamiento mental con la que exploramos las diversas posibilidades existentes en el futuro y las cotejamos con los datos de la experiencia pasada para tratar de solucionar problemas y evitar o sortear las dificultades que se nos puedan presentar. En este sentido resulta necesaria, puesto que responde a las amenazas del entorno. El problema es que, en el estado de conciencia habitual en este momento histórico de la humanidad, existe un claro desequilibrio hacia este tipo de funcionamiento mental, descuidando los que aportan tranquilidad, sosiego, seguridad y satisfacción. Lo interesante sería alcanzar el equilibrio entre diversos sistemas neurales y, concretamente, desplazarnos hacia el lado de la felicidad y la satisfacción.

Visión Clara de la Realidad

“Solo cuando la mente está calmada es cuando podemos ver cómo son las cosas en realidad, y es precisamente esta visión clara la que nos va a permitir comprender y transformar el sufrimiento. En este sentido, la práctica de mindfulness puede servir de gran ayuda, en tanto que consigue aliviar la desorientación y el sufrimiento de una forma sencilla y conocida desde tiempos inmemoriales, concentrando la atención en un solo punto u objeto. Con ello, la mente caviladora, dispersa por las preocupaciones, ansiedades y prisas se va apaciguando, y cambiamos el modo de funcionamiento mental centrándonos en lo que estamos experimentando en el momento presente. En otras palabras, la mente pasa de ir saltando de una vivencia a otra (mente errante) a fijarse en lo que estamos viviendo en el momento presente (foco vivencial).

Cuando se practica de manera formal, lo más habitual es centrarte en la respiración, ya que tiene muchas ventajas: siempre está en el presente y ocupa una posición privilegiada entre el cuerpo y la mente, de manera que, atendiendo a la respiración, conseguimos calmar tanto el cuerpo como la mente. Practicando, por tanto, la concentración, accedemos a la serenidad.

¿En que nos beneficia?

Nos permite desarrollar y utilizar mejor ciertas capacidades del cerebro que son, además, las que nos hacen más especialmente humanos. Se ha comprobado que produces cambios en el cerebro, principalmente, en la corteza prefrontal, que es la parte que más nos diferencia del resto de las especies, incluso de los otros simios, de tal forma que nos permite sacar el potencial cerebral humano que tenemos, en gran medida, sin aprovechar. Otros beneficios demostrados de esta práctica sobre el cuerpo, la mente y la conducta son:

• Disminuye la ansiedad
• Mitiga el odio y el rencor
• Aumenta la alegría
• Nos familiariza con la compasión
• Mejora la capacidad de atención
• Aumenta la intuición
• Nos permite aumentar la ecuanimidad
• Nos capacita para romper patrones de conducta dañinos
• Mejora la calidad del sueño

Claves de la Práctica

• Focalizar la mente en el presente: Solemos concederle demasiada importancia al futuro, porque confiamos que nos traiga la felicidad, cosa que resulta imposible, ya que nunca podremos vivir en el futuro. Siempre se vive en el presente y solo en él podemos ser felices. Pero el resultado de este espejismo, de esta ilusión o engaño, es que dejamos de disfrutar del presente fantaseando sobre un futuro que desconocemos y que es totalmente incierto.
• Aceptación: Mindfulness implica también aceptación de la realidad, que no significa resignación. Aceptar significa reconocer que las cosas son tal como son en el momento presente. Lo que pasa es que nuestro funcionamiento habitual, cuando sucede algo que no concuerda con nuestras expectativas, solemos ponerle resistencia, negarlo o apartarlo de nosotros de cualquier manera. Y este tipo de reacción no soluciona el problema, sino que lo empeora y produce más sufrimiento.
• Ausencia de juicio: Emitir juicios sobre las cosas es necesario para sobrevivir. El problema viene de cómo utilizamos estos juicios. No podemos evitar que nuestra cabeza emita juicios de manera automática, que se hacen dañinos cuando seguimos ciegamente sus instrucciones. Aprender a no implicarnos en los juicios que hacemos es la senda que nos conduce a una comprensión más profunda y ecuánime de la realidad y a no entrar con ella en luchas inútiles. (por Vicente Simón – psiquiatra y experto en el estudio de la conducta).

Vivir con Sabiduría y Consciencia es una de las grandes aspiraciones humanas, y a ello se han dedicado la filosofía y la psicología. Pero no es un conocimiento teórico sino que adquiere con la vida. Experimentar y conocerse a uno mismo son las dos vías indispensables para adquirir maestría en el arte de vivir. (por Sergio Sinay – terapeuta gestáltico)

Como decía el pensador y escritor indio Krishnamurti, “uno debe conocerse tal como es, no como quisiera ser”.

Mindfulness nos ayuda a vivir la vida tal como es, no pierdas esta oportunidad de vivir la vida que mereces, que es la única que tienes.

Instituto Atman – Investigación y Desarrollo Integral del Ser